Casi todos los cuidadores han perdido la paciencia o le han alzado la voz a sus niños en momentos de frustración. Por mucho que intentemos ser pacientes y tranquilos todo el tiempo, nadie es perfecto. Cuando esto sucede, es importante respirar profundamente y luego continuar fortaleciendo el respeto mutuo con nuestros niños.
Puede ser terrible para los niños cuando su cuidador les grita o pierde la paciencia. Es posible que necesiten que les des más tranquilidad y puede que tomen tiempo para volver a sentirse seguros. Pero esta es una gran oportunidad para enseñarles la importancia de disculparse, de hablar sobre las emociones y encontrar maneras más saludables de enfrentar los grandes sentimientos.
Discúlpate y reconoce tu error
Es importante disculparte y reconocer que alzar la voz no fue la mejor respuesta. Usa palabras sencillas y sinceras para disculparte y hazles saber que comprendes cómo podrían sentirse. Por ejemplo, diles algo como: “Discúlpame por haber levantado la voz. Veo que esto te asustó, y no fue mi intención hacerlo”.
Brinda tranquilidad y apoyo emocional
Los niños necesitan sentirse seguros y amados, especialmente después de una situación estresante. Ofrécele consuelo diciendo algo como: “Te quiero mucho y estoy aquí para ti”. O: "Eres importante para mí y quiero asegurarme de que sepas que me importan tus sentimientos". Estos tipos de mensajes ayudan a remendar los vínculos emocionales entre ustedes dos.
Anímalo a tener una comunicación abierta
Invita a tu niño a compartir sus pensamientos y sentimientos sobre la situación. Puedes usar frases como: “¿Puedes decirme cómo te sentiste cuando levanté la voz?” Al hablar sobre lo sucedido, estás creando un espacio seguro para que tu niño se exprese y eso puede ayudar a fortalecer el vínculo entre ustedes. También ayuda al niño a aprender a nombrar y poner palabras a sus emociones.
Reflexiona sobre sus emociones y empatiza con ellas
Muéstrale a tu niño que comprendes cómo podría sentirse. Puedes decir: “Entiendo por qué te sentiste mal cuando levanté la voz. No es agradable escuchar a alguien gritar y puede dar miedo”. Este enfoque le muestra a tu niño que tú reconoces sus sentimientos y que esos sentimientos son válidos.
Ofrécele una solución y un plan para el futuro
Hablen sobre lo que pueden hacer para evitar alzar la voz en el futuro. Por ejemplo: “La próxima vez que me sienta enojado, respiraré profundamente y contaré hasta 10 antes de responder. ¿Qué otras ideas tienes?" También puedes pedirle al niño que te ayude a contar. Incluir a tu niño en este plan le ayudará a sentirse más en control y empoderado, sabiendo que tú lo estás escuchando.
Fortalezcan la confianza a través del tiempo de calidad
Para fortalecer aún más su relación, pasa tiempo a solas con tu niño haciendo actividades que le gusten. Esto ayudará a que tu niño se sienta amado, valorado y apoyado.
Cuando pierdes la paciencia, también es importante explorar qué es lo que realmente desencadenó una reacción emocional tan grande. Quizás estabas muy cansado por una noche de insomnio. Quizás la situación sacó a relucir sentimientos negativos de tu propia infancia. Al comprender mejor qué situaciones pueden provocar una reacción emocional, podrás encontrar maneras de recuperar la estabilidad cuando enfrentes esa situación nuevamente.
