Incluir rutinas en la vida diaria crea un entorno tranquilo y estable para nuestros bebés, ¡y para nosotros como cuidadores! Podemos ayudar a nuestros bebés a desarrollarse plenamente al crear un ritmo y hacer que su día sea más predecible. Las rutinas también ayudan a los bebés a aprender a controlarse a sí mismos, a sentirse seguros y a sobrellevar las transiciones con más facilidad.
Hay dos ingredientes principales para una rutina efectiva: consistencia y conexión. Cuando repites las mismas rutinas todos los días, tu bebé aprende qué esperar, lo que lo ayuda a sentirse más relajado y cómodo. Al brindar sentimientos de seguridad y protección a tu bebé, estás también creando un fuerte vínculo con él.
Cuando una rutina falla, aún puedes crear una sensación de estabilidad y estructura diciéndole a tu bebé lo que sucederá a continuación y por qué. Incluso si tu bebé aún no habla, decirle lo que está sucediendo ayuda con el desarrollo de sus habilidades sociales y fomenta el hábito de comunicarte con tu hijo.
Cuando tu niño tenga alrededor de 2 a 4 meses, puedes comenzar a establecer un ritmo a lo largo del día y encontrar algunos momentos naturales para incorporar rutinas. A algunos cuidadores les resulta más fácil seguir una rutina cuando es parte de una actividad diaria, como la hora de acostarse, la hora de comer y más. Aquí hay algunas ideas para probar:
Rutinas a la hora de acostarse
Alimenta a tu bebé antes de acostarlo.
Escuchen juntos una canción de cuna para dormir.
Lean un libro para niños.
Abraza y acurruca a tu bebé.
Dale a tu bebé un masaje suave.
Consejo: también puedes usar cualquiera de estas rutinas antes de la hora de la siesta.
Rutinas para salir de casa
Alimenta a tu bebé antes de salir de casa.
Jueguen un juego rápido o ponlo boca abajo para que se muevan.
Canten y bailen juntos. Incluso puedes inventar tu propia canción que puedan cantar cada vez que vayan a salir de la casa.
Consejo: si tienes un hijo mayor, trata de involucrarlo también en la rutina.
Rutinas a la hora de comer
Crea un ambiente tranquilo con música suave o sonidos de la naturaleza.
Sostén a tu bebé cerca y disfruta de unos minutos de contacto piel con piel.
Haz eructar a tu bebé después de cada comida.
Habla con tu bebé durante la alimentación y narrale lo que está pasando.
Consejo: si tienes pareja, familiar o co-cuidador, involúcralo en la rutina para que tu bebé se familiarice con diferentes personas y rostros.
Cuando empieces, prueba una rutina corta y mira cómo te va. Puedes agregar más poco a poco a medida que tu bebé vaya creciendo y se vaya acostumbrando más a un horario estructurado.