Ver a tu pequeño hacer sus primeros amigos es una experiencia tan emocionante. Empezar a construir amistades tempranas es una parte especial del desarrollo de tu niño. Pero hacer amigos no siempre es fácil, así que aquí te mostramos qué puedes esperar en el desarrollo social temprano y cómo puedes ayudar en el camino.
Desde el momento en que nacen, los bebés empiezan a absorber el mundo que les rodea, incluyendo cómo interactuar con los demás. Mientras van creciendo y se convierten en niños pequeños y de edad preescolar, sus habilidades sociales empiezan a florecer. A los 3 años, muchos niños empiezan a jugar con otros en guarderías o grupos de juego, y a los 4 años, muchos ya saben quiénes son sus amigos. Los niños en edad preescolar están constantemente aprendiendo importantes habilidades de amistad como compartir, turnarse y cooperar.
Mientras tu niño crece, notarás que aborda las situaciones sociales de manera diferente. Algunos niños se lanzan de inmediato, mientras que otros pueden tomarse más tiempo.

Cada niño tiene su propio estilo social. Algunos son naturalmente extrovertidos y se lanzan a las actividades grupales, mientras que otros pueden ser un poco tímidos y tomarse su tiempo para entrar en confianza. Como padre o cuidador, es importante notar y respetar estas diferencias. Anima a tu niño a hacer amigos de una manera cómoda para ellos. Si tu niño es más reservado, empieza con citas de juego individuales con un amigo, vecino o pariente de edad similar. Asegúrate de brindar apoyo con gentileza para ayudarle a construir su confianza en ambientes sociales.
Una vez que comprendas cómo tu niño enfrenta situaciones nuevas, le puedes ofrecer muchas oportunidades para conectar con otros niños de maneras que le resulten seguras y divertidas.
Empieza poco a poco y con citas de juego individuales, especialmente si tu niño es tímido. Puedes organizarlas en casa o en un parque local. Ofrece una variedad de actividades, como construir con bloques, manualidades o juegos al aire libre, para que los niños exploren sus intereses y desarrollen habilidades sociales. Las actividades que requieren de trabajo en equipo, como construir un castillo de almohadas y cobijas o jugar juegos cooperativos, pueden mejorar aún más su capacidad para trabajar juntos.
El juego de imaginación es otra manera fantástica para que los niños practiquen habilidades de amistad. Ya sea que jueguen con muñecas, títeres o animales de juguete, pueden simular escenarios y aprender a ser un buen amigo. Puedes jugar con ellos y guiarlos a través de situaciones difíciles, como qué hacer si un amigo no quiere jugar.
Leer libros sobre la amistad es otra excelente manera de enseñar empatía y comprensión. Los personajes de las historias muchas veces enfrentan desafíos similares y platicarlo juntos puede ayudar a tu niño a relacionarse con sus propias experiencias.
Pero construir amistades no solo ocurre con los compañeros.
Las interacciones familiares, incluyendo la familia elegida, juegan un papel importante en el desarrollo social de un niño. Los hermanos o primos pueden ser los primeros amigos de un niño, brindando un espacio seguro para practicar habilidades sociales como compartir y cooperar. Fomenta las interacciones positivas entre los miembros de la familia dedicando tiempo a actividades como noches de juego o aventuras al aire libre. Involucrar a miembros de la familia extendida, como abuelos, tías y tíos, también puede ofrecer diferentes perspectivas y enseñar a los niños cómo conectar con personas de diversas edades y orígenes.
Los niños aprenden mucho observando cómo interactúan los adultos, por eso modelar relaciones saludables es clave. Si tienes un desacuerdo con tu pareja o pariente, intenta hablarlo y encontrar una solución juntos. Esto le muestra a tu niño que es normal tener conflictos y que se pueden resolver.
Más allá de las interacciones familiares, los niños también aprenden observando cómo construyes y mantienes tus propias amistades.
La manera en que demuestras amabilidad, manejas los conflictos y te mantienes conectado con los demás les da a los niños un ejemplo vivo de lo que significa ser un buen amigo.
Puedes mantenerte conectado llevando sopa a un amigo enfermo o invitando a amigos a platicar. Y recuerda dar las gracias con frecuencia, ya sea por un pequeño favor o por recibir un gesto amable. Esto ayuda a los niños a ver lo importante que es apreciar a los demás. Por último, ofrecer ayuda cuando alguien la necesita puede mostrar empatía y apoyo, enseñando a tu niño a estar ahí para los demás.
Al hacer estas cosas todos los días, estableces un gran ejemplo para que tu niño lo siga.
A veces, los niños solo necesitan hablar sobre su día y sus amistades. Recuerda escucharlos. Esto les ayuda a sentirse escuchados y apoyados, y a veces, eso es todo lo que necesitan.
Al fomentar la interacción social, modelar habilidades de amistad y estar ahí para escuchar, puedes ayudar a tu niño a formar amistades fuertes y duraderas. Todo es parte de su proceso para convertirse en una persona amable y empática. Así que, ¡apoyémoslos en cada paso del camino!






