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Cómo ayudar a los niños a desarrollar un vínculo seguro con sus cuidadores

Las primeras relaciones que los niños desarrollan en la vida son con sus cuidadores. Estas interacciones impactan el tipo de estilo de apego que desarrollan, o cómo forman y mantienen vínculos emocionales. Hay varios pasos que podemos tomar como cuidadores para ayudar a nuestros hijos a formar relaciones positivas con nosotros y con los demás a lo largo de sus vidas.

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Los niños pueden desarrollar uno de los siguientes cuatro estilos de apego:

  1. Apego seguro: Los niños con este estilo de apego tienen una visión positiva de sí mismos y de los demás. Se sienten seguros y protegidos en sus relaciones y son capaces de explorar su entorno sin miedo al abandono. Como cuidadores, nos esforzamos por ayudar a nuestros hijos a desarrollar un estilo de apego seguro.

  2. Apego ansioso-ambivalente: Los niños con este estilo de apego muchas veces se aferran a sus cuidadores y tienen dificultad para explorar su entorno. Es posible que necesiten que se les repita constantemente que son apoyados y amados.

  3. Apego ansioso-evitativo: Los niños con este estilo de apego frecuentemente evitan o rechazan a sus cuidadores y tienen dificultad para formar relaciones cercanas. También pueden tener dificultades para expresar sus emociones o asumir compromisos.

  4. Apego desorganizado: Los niños con este estilo de apego pueden tener problemas para comprender y manejar sus emociones, e incluso pueden volverse emocionalmente insensibles en situaciones estresantes. Aunque quieren cercanía, también pueden mostrar incomodidad cuando alguien se acerca.

Cómo podrían comportarse en el parque los niños con diferentes estilos de apego

Para comprender mejor cómo pueden ser estos diferentes estilos de apego, imagina a una persona llevando a su niño al parque a jugar. Es probable que un niño con apego seguro explore el parque con curiosidad y se acerque a otros niños para jugar con ellos. El niño volverá a su cuidador de vez en cuando, especialmente si se cansa, se siente abrumado o necesita ayuda.

Cuando un niño con apego evitativo llega al parque, es probable que deje a su cuidador inmediatamente para jugar solo y que no muestre interés en jugar con otros niños. No mostrará mucho afecto a su cuidador ni le pedirá su ayuda, aunque la necesite.

Lo más probable es que un niño con apego ambivalente se quede al lado de su cuidador y que necesite que le asegure constantemente que todo está bien. Es posible que le resulte difícil acercarse a otros niños para jugar con ellos y probablemente evitará explorar el parque por su cuenta sin su cuidador.

Cuando juega en el parque, un niño con un estilo de apego desorganizado puede parecer confundido o abrumado. Muchas veces buscan a su cuidador para recibir consuelo, pero luego lo alejan cuando intenta ofrecerle apoyo. Los niños con este estilo de apego pueden mostrar comportamientos erráticos o inusuales, como esconderse de su cuidador o enojarse sin razón.

Cómo ayudar a tu hijo a desarrollar un estilo de apego seguro

Los estilos de apego pueden cambiar con el tiempo. Nunca es demasiado temprano o demasiado tarde para ayudar a tu hijo a desarrollar un apego seguro. Los siguientes pasos pueden ayudarte a comenzar:

  • Responde constantemente a tu hijo. Establece límites específicos y comunícaselos frecuentemente. Por ejemplo, házle saber exactamente lo que esperas de él cuando están en el supermercado, sentados a la mesa para comer, cuando está jugando con sus amigos, y en otras situaciones. Luego, continúa reforzando esos límites constantemente. Cuando los niños saben qué esperar de su cuidador en diferentes situaciones, les ayuda a sentirse seguros y a desarrollar confianza en su cuidador.

  • Anímalo a reconocer y compartir sus emociones contigo. Los niños tienen emociones grandes, al igual que los adultos. Sin embargo, aún no tienen el lenguaje necesario para expresar sus sentimientos. Cuando los guiamos a través de sus emociones, podemos ayudarlos a encontrar maneras sanas de expresarse mientras les mostramos que pueden confiar en nosotros con sus sentimientos grandes. Mientras vas construyendo esa confianza, tu hijo se sentirá cada vez más cómodo acudiendo y buscará tu ayuda cuando sienta emociones grandes.

  • Pasa tiempo de calidad con tu hijo. Siempre que puedas, únete a las actividades que tu hijo disfruta. Cuando le das toda tu atención, estás construyendo un vínculo con tu hijo y dándole una sensación de seguridad y estabilidad. Incluso pasar unos minutos coloreando juntos, bailando su canción favorita o salir a caminar puede tener muchos beneficios.

  • Apoya la independencia de tu hijo. Cuando los bebés se convierten en niños pequeños y de edad preescolar, empiezan a querer más independencia y poder tomar sus propias decisiones. Si le das la opción a tu hijo entre dos botanas o le permites elegir su ropa para el día, le estás demostrando que lo apoyas en sus decisiones. También aprenderá a resolver problemas y tomar decisiones por sí mismo, lo que lo beneficiará durante toda su vida.

  • Usa la disciplina positiva cuando sea posible. La disciplina positiva es una estrategia centrada en el niño que se enfoca en enseñar y guiar a los niños en vez de castigarlos. Los estudios demuestran que los niños aprenden mejor cuando se sienten seguros y conectados en sus relaciones. Enfocarse primero en desarrollar estas relaciones sanas pone a los niños en la mejor posición para seguir las reglas y los límites establecidos. Lee más sobre técnicas de disciplina positiva.

First 5 California
Aportación de:
First 5 California
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