Los cerebros en desarrollo necesitan tiempo de descanso para integrar y procesar todo lo aprendido durante el día. Descubre más sobre los efectos positivos de darle tiempo a tu niño para descansar.

Si te preguntas: "¿Cómo sé si estoy haciendo lo suficiente?", ¡no estás solo/a! Ser padres puede ser desafiante, y aunque quieras hacer todo lo posible por tu niño, el tiempo es limitado. Todos necesitamos tiempo para descansar. La buena noticia es que los estudios científicos sobre el cerebro también lo demuestran. El cerebro en desarrollo de tu niño necesita tiempo de descanso para procesar todo lo aprendido a lo largo del día. Más estímulos no siempre es mejor: El cerebro no puede procesar una sobrecarga de estimulación. El tiempo de tranquilidad, de dormir y de juego independiente son importantes para el desarrollo cerebral de los niños. Así que, mientras disfrutas esas actividades diarias de desarrollo cerebral con tus niños, asegúrate de tener suficiente tiempo para que ellos (¡y tú!) descansen.
El descanso, incluyendo la siesta, es importante para el crecimiento, el desarrollo y la salud general de tu niño. Las siestas pueden ayudar a los niños a procesar lo aprendido y a estabilizar su estado de ánimo. También pueden favorecer el crecimiento físico y la regulación emocional. Descansar con regularidad garantiza que los niños estén felices, concentrados y listos para jugar y aprender.
Los niños necesitan dormir distintas cantidades de horas mientras crecen. Aquí tienes una guía rápida:
Bebés (0 a 3 meses): Necesitan de 14 a 17 horas al día, con varias siestas.
Bebés (4 a 12 meses): Necesitan de 12 a 16 horas, incluyendo 2 o 3 siestas.
Niños pequeños (1 a 2 años): Deben dormir de 11 a 14 horas, pasando a una siesta a los 18 meses.
Niños en edad preescolar (3 a 5 años): Necesitan de 10 a 13 horas, y suelen tomar menos siestas.
Recuerda que la duración de las siestas de tu niño varía mientras va creciendo. Por ejemplo, alrededor de los 3 meses, los bebés pueden necesitar de 4 a 5 horas de sueño al día, repartidas en 4 a 5 siestas. A los 6 meses, esto puede ajustarse a unas 2 y media a 3 horas y media en 3 siestas. A medida que se acercan a los 18 meses, suelen pasar a una sola siesta de 2 a 3 horas. Observa cómo responde tu niño a su horario de sueño y siestas para asegurarte de que descanse lo suficiente para un desarrollo saludable.
Reconocer cuándo tu niño podría necesitar una siesta puede ayudar a mantener un horario de sueño equilibrado. Algunas señales a las que debes poner atención incluyen:
Tu niño parece irritable o demasiado cansado.
Tiene dificultad para concentrarse o está más inquieto de lo usual.
Tu niño tiene sueño durante el día o le cuesta despertarse por la mañana.
Si notas estas señales, considera ajustar los horarios de las siestas o cuánto tiempo duerme en las noches.
La constancia es clave para un descanso reparador. Crea una rutina relajante para la siesta con actividades tranquilas como escuchar música suave, usar luz baja y leer cuentos. Establece horarios de siesta regulares que no sean demasiado cercanos a la hora de dormir, lo que permite que tu niño se relaje antes de dormir.
Para los bebés, acostarlos cuando tienen sueño, pero aún están despiertos, les ayuda a aprender a tranquilizarse solos.
Para los niños pequeños y preescolares, las siestas regulares o una hora de dormir ajustada pueden ser beneficiosas, especialmente si se resisten a tomar siestas.

Es completamente normal que algunos niños rechacen las siestas. Si tu niño no quiere tomar siestas, intenta crear un momento de tranquilidad en su rutina, haciendo actividades como mirar libros o jugar silenciosamente. El tiempo de tranquilidad les brinda un descanso y espacio para que tu niño recupere energías, lo que muchas veces puede llevar a que tome una siesta de manera natural.
Agregar estas estrategias de descanso en tu rutina diaria puede contribuir al bienestar de tu niño y crear un ambiente positivo para la relajación y el crecimiento. Aún si no toman siestas, tener momentos de tranquilidad puede ayudarles a los dos a sentirse frescos y rejuvenecidos.
Tu niño aprenderá a descansar mientras va creciendo. Puedes darle un buen ejemplo de actividades para descansar leyendo un libro, escuchando música o practicando un pasatiempo solo y delante de ellos. Si te ven haciendo algo, ellos también lo harán.
