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Mis niños no dejan de pelear entre ellos. ¿Qué puedo hacer?

Criar hermanos puede sentirse como estar en una montaña rusa. Un minuto están jugando pacíficamente, compartiendo juguetes y riendo, y al siguiente estalla una pelea. Los conflictos y desacuerdos entre hermanos son comunes, pero pueden ser difíciles de manejar y resolver. Aquí te brindamos algunas técnicas que puedes intentar para ayudar a reducir los conflictos entre hermanos y crear un ambiente de paz en tu hogar, mientras les enseñas habilidades valiosas que los beneficiarán a lo largo de sus vidas.

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Antes de que ocurra un conflicto

Establece expectativas claras: Establecer límites y expectativas claros puede incluir reglas sobre el respeto al espacio personal de cada uno, el uso de palabras amables y evitar la agresión física. Al establecer expectativas, es importante explicar qué pasará si el niño no las cumple. La consecuencia debe ser clara y estar conectada con el límite que fue cruzado. Es fundamental cumplir con las consecuencias cada vez que no se cumplan las expectativas. Por ejemplo, puedes decir:

  • “En nuestra familia nos tratamos los unos a los otros con amabilidad y respeto. No se permiten peleas. Si peleas con tu hermano/hermana, los dos van a tener un tiempo solos y en silencio hasta que aprendan a usar sus palabras”.

  • “Si tienes un desacuerdo con tu hermano/hermana, es importante encontrar una manera de resolverlo usando las palabras. Amamos a nuestra familia y no queremos lastimarnos los unos a los otros. Siempre puedes pedir ayuda a un adulto si es necesario. Si no puedes usar tus palabras para resolver el problema, entonces tendremos que tomar un descanso del juego hasta que puedas usar tus palabras”.

  • “Es muy importante ser amable. Parte de ser amable es compartir nuestros juguetes. Si no puedes compartir tus juguetes con tu hermano/hermana, ninguno de los dos podrá jugar con el juguete hasta que aprendan a compartir”.

Usa refuerzos positivos: Felicita y recompensa a tus niños cuando muestren comportamientos positivos, como jugar juntos en paz o resolver un conflicto sin pelear. Por ejemplo, puedes decir:

  • “Veo que los dos están jugando bien juntos y comparten sus juguetes. ¡Estoy muy orgulloso de ustedes dos!”

  • “Es maravilloso verlos turnarse en el juego y tratarse con amabilidad. ¡Sigan así!”

  • “Me encanta cómo escuchas las ideas de tu hermano y prueban cosas nuevas juntos. Eso demuestra lo mucho que te importa”.

  • “Gracias por incluir a tu hermano/hermana en tu juego. Me hace feliz verlos llevarse tan bien”.

  • “Me di cuenta de que ayudaste a tu hermano/hermana cuando tenía dificultades con el rompecabezas. Eso fue muy considerado y amable de tu parte”.

Ofréceles atención individual y evita las comparaciones: Pasa tiempo individual con cada uno de tus niños para ayudarlos a sentirse valorados y amados. Esto puede reducir su necesidad de competir entre ellos por tu atención. Mira algunas actividades que puedes hacer con cada uno de tus niños para pasar tiempo de calidad juntos. Además, haz todo lo posible para evitar comparar a tus niños, ya que esto puede generar resentimiento y competencia. Por ejemplo, haz todo lo posible por evitar palabras como: “Tu hermano/hermana siempre limpia su habitación; ¿Por qué tú no?” o "¿Por qué no puedes estar callado/callada como tu hermano/hermana?"

Dales espacio personal: Darles espacio personal puede incluir asignar rincones específicos de la sala principal a cada niño para que tengan un área a la que puedan ir cuando se sientan abrumados o simplemente necesiten un tiempo a solas. Algunos cuidadores utilizan separadores de ambientes, cortinas, biombos o cobijas para crear un área aún más privada para los niños mayores. Otras familias mueven sus muebles, como sofás, para ayudar a crear un área más privada. Esto les brinda un espacio propio donde pueden encontrar la calma cuando sienten emociones grandes.

Crea oportunidades de cooperación: Anima a tus niños a trabajar juntos en tareas y proyectos, como limpiar sus juguetes o planificar una salida familiar. Esto puede enseñarles a trabajar en equipo y reducir los conflictos.

Cuando ocurre un conflicto

Mantén a los niños alejados de posibles daños: Si tus niños están peleando físicamente, el primer paso es asegurarse de que todos estén a salvo. Díles a los niños que se alejen cinco pasos uno del otro. Si no lo hacen, explícales que tendrás que separarlos físicamente. Envuelve a uno de tus niños en un abrazo grande y firme y llévalo a su espacio personal mientras le explicas exactamente lo que está haciendo y por qué. Por ejemplo, puedes decir:

  • “Veo que los dos están muy molestos en este momento. Ve a tu espacio personal y tómate unos minutos para calmarte. Si no puedes ir por tu cuenta, yo te llevaré porque quiero que estés a salvo. Es tu decisión cómo quieres ir a tu espacio”.

  • “Pelear no es la respuesta y necesitamos encontrar una manera más pacífica de resolver este problema. Voy a separarlos a los dos por un momento para pensar en cómo podemos solucionar este problema sin que se lastimen. Los llevaré a sus espacios si no se van solos”.

  • “Entiendo que los dos estén enojados, pero no podemos resolver nada cuando estamos así de molestos. Vayan un rato a sus habitaciones para calmarse y luego hablaremos de lo que pasó”.

Escucha y valida sus sentimientos: En cuanto tus niños estén en un espacio seguro, haz tiempo para escuchar los dos lados de la historia y validar sentimientos. Esto les ayuda a sentirse escuchados y comprendidos, lo cual puede reducir su necesidad de pelear. Por ejemplo, puedes decir:

  • “Puedo ver que te sientes [triste, frustrado, enojado]. Está bien sentirse así”.

  • “Parece que estás molesto porque [describe la situación en palabras simples]. Eso me haría sentir [emoción] también”.

  • “Es normal tener sentimientos fuertes cuando las cosas no salen como uno esperaba o cuando cambian. Cuando sentimos grandes sentimientos, podemos respirar profundamente o hablar con un adulto”.

  • “Tus sentimientos importan y es bueno que los expreses. Veamos qué podemos hacer para ayudarte a sentirte mejor”.

  • “Recuerda, todos los sentimientos están bien; lo que importa es lo que hacemos con ellos. Podemos hablar o encontrar una actividad que te ayude a sentirte calmado y procesar tus emociones”.

Recuérdales las expectativas y las consecuencias: Cuando tus niños se portan mal, es importante recordarles las expectativas que ya estableciste y cumplir con las consecuencias. Cuando las consecuencias se aplican de manera consistente, los niños aprenden a anticipar los resultados de sus acciones, lo cual les ayuda a desarrollar autodisciplina y habilidades para tomar decisiones, así como a aprender que son responsables de sus acciones. Por ejemplo, puedes decir:

  • “En nuestra familia no está permitido pelear. Como los dos estaban peleando, necesitarán tomarse un descanso de unos minutos para calmarse y pensar en sus acciones”.

  • “Ya que estaban peleando por el juguete, ninguno de los dos podrá jugar con él durante los próximos 30 minutos. Este es un recordatorio de que debemos compartir y tratarnos con amabilidad”.

  • “Entiendo que estés molesto, pero recuerda nuestra regla familiar: usamos nuestras palabras, no nuestras manos. Vas a tener que pasar un tiempo en tu espacio para pensar cómo puedes manejar mejor la situación la próxima vez”.

  • “Recuerda, no golpeamos ni le gritamos a los demás cuando estamos enojados o frustrados. La próxima vez, intentemos hablar entre nosotros. Por ahora, es momento de tomar un descanso y pensar en una mejor manera de manejar la situación”.

Enséñales habilidades de resolución de conflictos: Ayuda a tus niños a aprender cómo resolver conflictos pacíficamente enseñándoles buenas habilidades de comunicación y resolución de problemas. Anímalos a expresar sus sentimientos de manera tranquila y respetuosa y a trabajar juntos para encontrar una solución. Por ejemplo, puedes decir:

  • "¿Me puedes decir qué es lo que pasó? Usa tus palabras para explicar cómo te sientes y cuál es el problema”.

  • “Ahora, pensemos en algunas maneras en que podemos resolver este problema juntos. ¿Qué ideas tienes para hacerlo?”

  • “Intentemos turnarnos y compartir. De esta manera, los dos podrán disfrutar jugando con el juguete”.

  • “Es importante pedir disculpas cuando lastimamos los sentimientos de alguien. Puedes decir: "Perdón por haberte hecho sentir triste. ¿Podemos volver a jugar juntos?”

Cuando los hermanos pelean constantemente, resulta ser agotador para los cuidadores tener que actuar constantemente como árbitro. Al intentar estas estrategias, tú puedes ayudar a minimizar los conflictos y tus niños pueden aprender valiosas habilidades de comunicación y cooperación.

First 5 California
Aportación de:
First 5 California
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