Está en sitios web para padres, folletos en las oficinas de los doctores, videos y más: ¡Mantén a tu niño hidratado! Pero, ¿qué significa eso y por qué es tan importante la hidratación?
Mantenerse hidratado significa asegurarte de que tu niño beba muchos líquidos, principalmente agua, durante el día para mantener su cuerpo funcionando de la mejor manera. Hay muchas razones por las que es importante mantenerse hidratado:
Aumenta el poder del cerebro: Nuestros cerebros aman el agua. Mantenerse hidratado ayuda a los niños a pensar mejor y concentrarse en sus actividades divertidas y de aprendizaje.
Mantiene sus cuerpos fuertes y con energía: Nuestros cuerpos están compuestos por alrededor de un 60% de agua y desempeña un papel importante en muchas funciones esenciales. Beber agua ayuda a la digestión y ayuda a nuestro cuerpo a asimilar los alimentos. El agua también ayuda a mantener en buena forma los músculos y las articulaciones, reduciendo el riesgo de heridas. El agua crea energía en nuestras células y les da a los niños lo que necesitan para jugar, aprender y explorar durante todo el día.
Protege a los niños de gérmenes y virus: Cuando el cuerpo está hidratado, es más fácil que los virus se peguen a las membranas mucosas, en lugar de meterse al cuerpo. Un ejemplo de membrana mucosa es la capa interior de la nariz, también conocida como la mucosa nasal. Esta capa protectora húmeda ayuda a atrapar y filtrar bacterias y virus. La próxima vez que tu niño se suene la nariz o estornude, la mucosidad sale del cuerpo con el virus. Mantenerse hidratado mantiene las membranas mucosas suaves y húmedas para atrapar mejor los virus.
La cantidad de agua que tu niño necesita para mantenerse hidratado depende de su edad. Aquí te damos recomendaciones generales, pero las necesidades de cada niño pueden variar según factores como su nivel de actividad, el calor que hace afuera y su salud general. Los pediatras recomiendan lo siguiente:
Menores de 6 meses: Los bebés no necesitan agua adicional además de la que obtienen de la leche materna o de la fórmula infantil.
De 6 a 12 meses de edad: Se puede ofrecer un poco de agua, aproximadamente de 0.5 a 1 taza al día (4 a 8 onzas), en un vaso abierto, taza de bebé o con popote, para que puedan practicar tomar agua.
De 1 a 3 años: Necesitan aproximadamente de 1 a 4 tazas (8 a 32 onzas) de agua por día, así como de 2 a 3 tazas (16 a 24 onzas) de leche al día. Trata de darle no más de 0.5 tazas (4 onzas) de jugo al día.
4 a 5 años: Los niños mayores y los preescolares necesitan entre 1.5 y 5 tazas (12 a 40 onzas) de agua al día. Además, se recomienda que tomen hasta 2.5 tazas (20 onzas) de leche desnatada o baja en grasa al día y no más de 0.5 a 0.75 tazas (4 a 6 onzas) de jugo al día.
Para animar a tu niño a mantenerse hidratado, puedes intentar tener una botella de agua cerca en todo momento y recordarle que tome cuando tenga sed. Esto también le ayudará a ver cuánta agua ha bebido a lo largo del día. Puedes intentar convertir el consumo de agua en un juego divertido, por ejemplo puedes desafiarlo a llegar a un punto determinado de su botella de agua antes de la siguiente comida o cuando termine el episodio de Peppa Pig.
Para los niños pequeños y de preescolar a quienes no les gusta beber agua con cada comida (o incluso todos los días), considera exprimir jugo fresco de una naranja u otra fruta jugosa en el agua. El aumento de sabor puede hacer que el agua sea más atractiva y, al mismo tiempo, agrega vitaminas adicionales a la bebida. También puedes intentar ofrecer agua con gas a los niños pequeños y en edad preescolar para ver si el agua "elegante" los hace que tomen más.
