¿Tienes las mismas conversaciones de una sola palabra con tu niño pequeño o en edad preescolar? Puede ser difícil lograr que los niños te hablen con sinceridad. Hacer preguntas divertidas y adaptadas a los niños puede generar una conversación interesante que puede ayudar a fortalecer la conexión con tu niño. Aquí te damos algunas ideas para que puedas empezar.
Tener conversaciones abiertas con tu niño los beneficia a ambos de muchas maneras diferentes. Pueden ayudarte a fortalecer tu conexión con tu niño, y esta conexión más profunda puede impactar positivamente su bienestar emocional. Participar en conversaciones abiertas puede ayudar a tu niño a desarrollar sus habilidades lingüísticas y de comunicación, así como a mejorar su capacidad para expresarse y comprender a los demás. Este tipo de conversaciones animan a los niños a pensar profundamente, explorar diversas perspectivas y desarrollar habilidades para resolver problemas. Interactuar y escuchar activamente a tu niño ayuda a crear un espacio seguro para que exprese sus ideas y emociones, lo cual es beneficioso para su salud mental.
Elegir un momento en el que tu niño esté tranquilo y dispuesto a escuchar puede ser un momento excelente para iniciar una conversación. Los momentos relajados, como durante las comidas, antes de acostarse o mientras caminan juntos, ofrecen grandes oportunidades para tener conversaciones significativas. También puedes intentar incluir conversaciones más profundas durante una de tus rutinas establecidas.
Una clave para ayudar a tu niño a hablar con confianza es hacer preguntas que requieran más que un “sí” o un “no” como respuesta. Por ejemplo, "¿Cuál fue tu parte favorita del día de hoy?" o "¿Cuándo te sentiste más feliz hoy?" Cuando responda, haz todo lo posible por prestarle toda tu atención y escucha sus pensamientos sin interrumpirlo. Puedes demostrarle que estás escuchando y que te interesas por sus experiencias, reconociendo y validando los sentimientos de tu niño. Puedes decir palabras de aliento como: “¡Parece que eso fue muy difícil para ti y estoy orgulloso de que lo hayas intentado!”.
Cuando conversas con tu niño pequeño o en edad preescolar, es probable que la conversación se desvíe, ¡y eso está bien! Ten la libertad de dejar que su curiosidad guíe la conversación. Mientras le das a tu niño el tiempo y el espacio que necesita para expresar sus pensamientos sin presión ni crítica, es probable que continúe hablando con sinceridad cada vez más.
Estas pláticas también pueden ser una excelente manera para que tu niño te conozca un poco mejor. Comparte algunas de tus propias experiencias sobre tu día usando un lenguaje apto para los niños. Puedes ayudar a crear un ambiente de honestidad para tu niño, y animarlo a hacer lo mismo.
Esta lista de preguntas está diseñada para ayudar a iniciar una excelente conversación con tu niño. Intenta las que creas que podrían gustarle a tu niño:
¿Cuál fue la mejor parte de tu día hoy?
¿Qué te hace sentir realmente feliz por dentro?
¿Qué crees que sueñan tus peluches por las noches?
Si pudieras ser cualquier animal, ¿cuál serías y por qué?
¿Qué es lo que más te gusta de la escuela o de la guardería?
Si pudieras pasar un día entero haciendo lo que quisieras, ¿qué harías?
Cuéntame de alguna vez en la que te sentiste orgulloso de algo que hiciste.
Si conocieras a alguien de otro planeta, ¿qué te gustaría mostrarle de la Tierra?
¿Qué es lo que más te gusta hacer al aire libre y por qué te gusta?
Si pudieras cambiar el color del cielo, ¿qué color elegirías y por qué?
¡Puedes convertir tus preguntas en un juego divertido! Escribe algunas preguntas abiertas en hojas de papel, ponlas en una caja y pídele a tu niño que saque una. Incluso pueden turnarse para sacar y contestar preguntas.