Cuando los niños son halagados, puede tener un enorme impacto positivo en ellos. Puede mejorar su confianza y cómo se sienten con ellos mismos. También los motiva a continuar con el comportamiento por el que fueron halagados.
Los estudios han demostrado que cuando los niños son halagados, aumenta su autoestima, motivación personal, y habilidad para seguir intentando aunque sean cosas difíciles. Además, ¡se siente genial recibir palabras de ánimo! También los motiva a seguir con el comportamiento que hizo que recibieran el ánimo.
Pero también es importante ser conscientes de cuáles acciones alabar, y las palabras que uno debería de usar. Aquí hay algunos consejos para tener en cuenta cuando estés halagando a tu hijo con palabras:
Enfoca tu halago en la acción específica que hicieron bien, y mantén la honestidad y sinceridad con tus palabras. Los niños muchas veces se dan cuenta cuando los cuidadores no hablan sinceramente, y los halagos que no son sinceros pueden tener un impacto negativo. Al ser específico con tus halagos ayudas a demostrarle que estás siendo sincero.
Alaba el esfuerzo y el avance, no el resultado. Al enfocarte en el esfuerzo, le estás enviando un mensaje a tu hijo de que valoras el trabajo duro que puso, sin importar el resultado. Esto puede ayudar a aumentar su motivación y resiliencia cuando enfrente desafíos.
Cuando alabes a tu hijo, evita compararlos con otros niños dentro del halago. Este es un momento para demostrarle a tu hijo lo especial que es para ti.
Aquí hay una lista de frases que puedes usar si en algún momento necesitas ideas:
“Trabajaste bastante en eso. Estoy tan orgulloso del esfuerzo que le pusiste.”
“Realmente valoro mucho lo considerado que fuiste al hacer eso.”
“Fuiste un muy buen amigo cuando hiciste eso.”
“Me encanta tu idea. ¿Me puedes contar más sobre eso?”
“Gracias por ayudarme. Me gusta la manera en que hiciste eso.”
“Estoy tan orgulloso de ti por haberlo intentado y no rendirte.”