Convertirse en el cuidador de un pequeño brinda muchos momentos felices. Pero la crianza de los hijos no es nada fácil, y para los padres que sufrieron un trauma durante la infancia, los momentos estresantes pueden volverse abrumadores rápidamente. Hay muchas maneras para manejar el estrés que pueden mejorar tu capacidad para manejar situaciones difíciles y que ayudarían a concentrarte en crear experiencias positivas para tu hijo.
Experiencias adversas en la infancia, conocidas como ACEs (Adverse Childhood Experiences), es un término que se usa para describir a los niños menores de 18 años que están expuestos a situaciones estresantes y que potencialmente sean traumáticos para ellos. En California, se estima que el 62% de la población ha estado expuesta al menos a un ACE, que puede incluir abuso o desafíos domésticos como el divorcio y el abandono. Si crees que pudo haber estado expuesto a las ACEs cuando era niño, puedes responder a este breve cuestionario, proporcionado por la Sociedad Estadounidense para la Crianza Positiva de los Niños, para comprender tus ACEs. Las ACEs tienen un impacto en todas las comunidades, y si descubres que has estado expuesto a las ACEs, no estás solo.
¿Cómo pueden las ACEs afectar la crianza de los hijos?
Los cuidadores que enfrentaron ACEs y no recibieron el apoyo que necesitaban cuando eran niños pueden descubrir que su cuerpo responde a los problemas leves de una manera grande. Esta reacción puede estar relacionada con una acumulación de estrés tóxico en el cuerpo, causada por el estrés constante y/o severo durante la niñez. Cuando el estrés tóxico se acumula, puede afectar la salud física y mental, lo cual puede provocar un aumento en enfermedades y puede crear dificultades en las relaciones, el trabajo, y las finanzas.
La crianza de los hijos es un trabajo exigente, y los cuidadores con una mayor reacción al estrés pueden sentirse abrumados rápidamente. Los padres con ACEs pueden sentirse amenazados o ansiosos aunque no haya peligro inmediato. Las situaciones altamente desafiantes pueden provocar una sobrecarga de estrés, provocando un corto temperamento, dificultad para calmarte o pensar lógicamente, y más. El ser un cuidador con estrés tóxico puede aumentar el riesgo de que tus hijos también tengan ACEs, lo cual puede crear un ciclo de estrés tóxico entre los adultos y sus niños.
¿Cómo puedo acabar con el ciclo del estrés tóxico?
Los cuidadores pueden ponerle fin al ciclo de estrés tóxico al crear experiencias infantiles positivas para sus pequeños. Si has estado expuesto a ACEs, estos son algunos pasos que puedes seguir:
Si tienes familiares o amigos en los que puedes confiar, habla con ellos sobre lo que te está pasando y busca el apoyo de ellos cuando tengas dificultades para enfrentar los desafíos de la crianza de los hijos. Además, nunca es demasiado tarde para obtener ayuda de los profesionales en la salud. Habla con tu médico sobre tus experiencias y trabaja con él para encontrar formas de superar y sanar tu trauma infantil. También puedes visitar nuestra página de recursos de salud mental para ver más opciones que brindanapoyo.
Identifica que causa tu estrés o tu respuesta al trauma, y practica técnicas para superar la situación. Así puedes usar esas técnicas cuando sientas que el estrés se esté aumentando. Las técnicas para superarla situación pueden incluir respirar profundamente, alejarte de la situación temporalmente para calmarte, ducharte para relajar tu sistema nervioso, llamar a un amigo de confianza y más. Este artículo brinda consejos adicionales para aliviar el estrés cuando te sientas abrumado por los desafíos de la vida.
Anota palabras empáticas que puedes usar en momentos estresantes. Un niño que está llorando o teniendo un berrinche puede ser frustrante y puede provocar una respuesta de estrés que haga que los cuidadores se enojen. Al tener palabras empáticas listaspara usar, puedes evitar una reacción negativa ante tu hijo. Enfócate en palabras que le demuestran que estás allí para apoyarlo. Usa afirmaciones como: Te ayudo a resolverlo. Estoy escuchando. Estoy aquí para ti. Está bien estar triste.
Proporciona a tu pequeño experiencias infantiles positivas. Los estudios han demostrado que los adultos que tuvieron experiencias infantiles positivas tenían menos probabilidad de sufrir depresión y otros problemas de salud mental, y tenían más probabilidad de tener relaciones positivas. Cuidar a tu hijo y demostrarle tu amor y apoyo son experiencias positivas de la infancia. Abraza a tu hijo. Hagan juntos actividades divertidas. Cuando cometas un error, reconócelo, discúlpate y repara la relación. Habla con tu hijo sobre sus sentimientos y ayúdalo en los momentos difíciles con muestras de apoyo y amor.
Ser un cuidador puede ser un desafío, y todos nosotros nos esforzamos por ser mejores padres. La buena noticia es que tu hijo no necesita que seas perfecto. Necesita tu apoyo y amor y saber que siempre estás ahí para él. Al sanar los efectos dañinos de tus propios traumas y practicar a manejar el estrés, puedes preparar a tu hijo para una vida sana y feliz.
