Lo desconocido puede dar miedo, especialmente para los niños. Cuando no saben lo próximo que va a pasar en su día, pueden sentirse asustados y fuera de control. Esto puede causar berrinches. Creando rutinas consistentes puede ayudarlos a sentirse más en control de su día y a reducir los arrebatos.
Las rutinas familiares ayudan a fortalecer el vínculo con tu hijo al hacer tiempo para él durante tus días ocupados. La estructura también puede ayudar a aumentar su autoestima y su sentido de pertinencia. Durante el crecimiento de los niños, las rutinas les ayudan a ganar independencia y aadaptarse a los cambios más fácilmente. No tienes que crear muchas nuevas rutinas a la vez. Comienza con una y agrega más con el tiempo si funcionan para ti y tu familia.
Algunas de las rutinas más comunes ocurren en actividades diarias o semanales, como a la hora de la comida, a la hora del baño y la hora de dormir. Pero también puedes crear rutinas con actividades como ir al parque, jugar afuera, ir a la guardería o incluso llevarlos a la casa de su mamá o papá, en casos de co-paternidad, para que lo visiten o se quede. Las rutinas no tienen que ser largas para funcionar.
¿Listo para construir una nueva rutina? Puedes empezar en tres pasos:
Identifica la rutina que quieres desarrollar. Tal vez sea pasar 15 minutos leyendo juntos antes de dormir cada noche.
Habla sobre esa rutina con tu hijo. Dile que estás emocionado de pasar más tiempo con él y que comenzarás a leerle un libro todas las noches antes de dormir mientras se acurrucan juntos.
Mantén la rutina todo lo que puedas.
Una vez que establezcas esta rutina, ¡puedes tratar de agregar otra!
