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Estas simples acciones ayudarán a fomentar el desarrollo del cerebro de tu bebé

Este artículo fue escrito por Heidi Murkoff, autora de la serie “What to Expect When You’re Expecting” (Qué puedes esperar cuando estás esperando) y creadora de WhatToExpect.com, donde podrá encontrar la publicación original de este artículo.

El artículo fue traducido de su versión original en inglés al español.

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Rápido, ¿cuál es el mejor regalo que puedes hacerle a tu bebé? Pista: es algo para lo que no puedes registrarte, ni comprar ni pedir prestado. Le ayudará a tu bebé a aprender habilidades sociales y relacionadas con el lenguaje, fomentará el crecimiento físico, intelectual y emocional de tu bebé y, sobre todo, lo hará sentir más seguro, amado, cuidado y valorado.

Por supuesto, eres tú. No hay mejor juguete, no hay mejor compañera de juego, no hay mejor maestra que tú. Y ya desde el primer abrazo, la primera mirada fija a sus preciosos ojos, el primer susurro de las palabras “te amo”, tienes todo lo que tu bebé necesita saber del mundo en este momento... y todo lo que necesitas para promover el alucinante desarrollo de su cerebro en los primeros meses de vida, en especial los primeros 100 días.  

Y es mucho más fácil de lo que piensas. De hecho, son las cosas pequeñas las que marcan una mayor diferencia para los bebés. Mejor aún, son las cosas que les surgen naturalmente a los padres, y lo mejor de todo es que son gratis.

Ama a tu bebé. Esta es una fuente de estímulo básica para el cerebro de un bebé: no hay nada mejor que el amor incondicional para que un bebé crezca y progrese. Y no, no puedes malcriar a tu bebé con amor, pero definitivamente deberías intentarlo, cada vez que puedas. 

Abraza a tu bebé. No es que necesites un motivo para abrazar fuerte a tu bomboncito desde el primer momento y todo el tiempo, pero aquí va uno: el contacto contigo estimulará el desarrollo del cerebro de tu bebé desde el comienzo. Así que abrázalo, cárgalo, hazle masajes, acaríciale las mejillas, tómalo de sus deditos de las manos y acaríciale los dedos de los pies. Y recuerda que el contacto piel con piel no es solo para después del parto, ya que la hormona de bienestar que libera, llamada oxitocina, sigue nutriendo el cerebro. Y en caso de que te lo preguntes, esto también se aplica al contacto piel con piel entre un papá y su bebé (los pelos no frenan la liberación de oxitocina). Quizás alguien te haya dicho que tener a tu bebé en brazos mucho tiempo lo hará más dependiente. De hecho, es lo opuesto, ya que sostenerlo en tus brazos fomentará su confianza y seguridad, lo que a la larga hará que se sienta más tranquilo cuando lo sueltes. Y al fin de cuentas, reconozcamos algo obvio: se supone que los bebés dependen de sus padres.

Habla con tu bebé. Tu bebé es todo oídos: nació preparado para escuchar cada palabra y, a paso lento pero firme, aprender lo que esas palabras significan y cómo pronunciarlas. No hay mejor forma de enseñarle a tu bebé el idioma de su mamá (y su papá) que hablándole. ¿Qué debes decir y cómo debes decirlo? Todo lo que te surja naturalmente, ya sea una auténtica charla con un bebé (“¿Quién es mi conejito pequeñito?”), una descripción detallada mientras le cambias el pañal, una narración mientras te sirves tu jugo de naranja por la mañana, el pronóstico del tiempo o preguntas sin fin que claramente no puede responder, pero que le encantará escucharte preguntar y responder (“¿Te gustaría usar los pantalones azules con lunares o los rosas con rayas? ¡Buena idea! ¡Usemos los azules!”). 

Léele a tu bebé. Sí, léele. Es posible que los futuros ratones de biblioteca al principio no conozcan ni un cuento clásico, pero aprenderán mucho si les lees desde el primer día... un buen motivo para leerle un cuento a tu bebé como parte de su rutina diaria. Cualquier horario del día es un buen momento para leerle a tu bebé, y realmente todo sirve al principio... puedes leerle en voz alta cualquier cosa que estés leyendo. ¿Pero por qué no empezar por los clásicos infantiles que atesorará?: Buenas noches, luna; Adivina cuánto te quiero; Oso pardo, oso pardo.

Cántale a tu bebé. ¿No tienes precisamente una voz privilegiada? No importa; eres la mejor voz que tu bebé ha escuchado. ¿Estás fuera de tono? ¿Te olvidaste la letra? No importa. A tu bebé le encantará escucharte cantar; ya sea “Estrellita dónde estás” o “Starman”... o el himno nacional.

Mira a tu bebé. Solo tienes ojos para tu bebé... y eso es bueno, porque el contacto visual también sirve para comunicarse, y hasta puede decir más que mil palabras. Es tan importante para el desarrollo cerebral del bebé, que la Madre Naturaleza diseñó los ojos de los recién nacidos para que puedan ver y enfocar objetos que estén a una distancia de alrededor de 8 a 12 pulgadas: la distancia entre un bebé y el rostro de su mamá (o papá) al estar acurrucado en el pecho. Tu bebé buscará tu mirada y hará contacto visual desde el nacimiento. Un buen motivo para mantener los ojos alejados de la pantalla...y enfocados en lo importante. 

Recuerdaque el cerebro de tu bebé empieza a desarrollarse desde el momento en que nace. ¿Cómo puedes estimular ese crecimiento? Es simple: Habla. Lee. Canta. Esto lo cambia todo.

Heidi Murkoff
Aportación de:
Heidi Murkoff
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