Como cuidadores, una de nuestras responsabilidades más importantes es preparar a nuestros niños para los desafíos de la vida y darles herramientas para manejar situaciones difíciles de manera saludable. Mientras nuestros niños van creciendo y aprendiendo más sobre el mundo, podemos ayudarlos a enfrentar los desafíos de la vida con confianza y compasión.
Hablar sobre temas difíciles con niños pequeños y en edad preescolar de una manera apropiada para su edad es importante por varias razones:
Los cuidadores le demuestran a sus niños que pueden confiar en ellos con información importante. Esto ayuda a construir una relación sólida entre ellos y sus niños basada en la confianza y la comunicación abierta.
Los niños pequeños son curiosos y observadores por naturaleza. Si los adultos ignoran o no hablan de temas difíciles, los niños aún pueden sentir que algo anda mal o sentirse confundidos. Al hablar de esos temas, los cuidadores pueden brindar explicaciones apropiadas para sus edades y ayudar a los niños a comprender mejor la situación.
Los temas difíciles pueden provocar varias emociones en los niños, como miedo, confusión o tristeza. Al abordar esas emociones y ofrecer apoyo, los cuidadores pueden ayudar a los niños a procesar sus sentimientos de manera saludable.
Hablar de temas difíciles ayuda a los niños a desarrollar resiliencia y habilidades para resolver problemas. Les permite expresar sus pensamientos y emociones, hacer preguntas y encontrar maneras de enfrentar situaciones desafiantes. Esto mejora su capacidad para enfrentar experiencias difíciles y desarrollar resiliencia emocional.
Cuando los temas difíciles no son conversados, los niños pueden confiar en información incompleta o equivocada de otras fuentes. Al tener estas conversaciones, los cuidadores pueden corregir cualquier idea equivocada y brindar información precisa que esté de acuerdo con los valores y creencias de la familia.
Al hablar de temas difíciles con niños pequeños, es importante mantener la conversación honesta, comprensiva y apropiada para su edad. Aquí hay algunos consejos y ejemplos que pueden ser útiles:
Utiliza un lenguaje sencillo y claro: Haz todo lo posible por elegir palabras y conceptos que tu niño pueda entender y dale explicaciones precisas y directas. Por ejemplo, cuando hablen de enfermedades, puedes decir: “A veces nuestro cuerpo se enferma y eso puede hacernos sentir cansados o tener la tos. Pero el doctor nos trata de ayudar a sentir mejor”.
Crea un ambiente seguro y cómodo: Intenta llevar a tu niño a un espacio tranquilo y cómodo donde se sienta seguro y relajado. Esto le ayuda a sentirse más abierto a hablar sobre temas delicados. Puedes decir: “Hay que sentarnos aquí donde podemos estar cómodos y platicar un poco”.
Sigue su ritmo: Deja que tu niño haga preguntas y exprese sus pensamientos y sentimientos. Escucha atentamente y responde con empatía. Por ejemplo, si te pregunta sobre un evento reciente, puedes decir: “Veo que tienes curiosidad por saber qué pasó. ¿Qué te gustaría saber?"
Dale tranquilidad: Ofrécele tranquilidad y repítele que siempre puede hablar contigo sobre sus preguntas o inquietudes. Asegúrale de que está protegido y que lo amas. Por ejemplo, puedes decir: “Sé que esto puede ser un poco complicado, pero recuerda que yo estoy aquí para cuidarte y que siempre te amaré”.
Utiliza ejemplos y analogías apropiados para su edad: Relaciona el tema difícil con algo familiar en la vida de tu niño. Por ejemplo, cuando hables de problemas de amistad, puedes decir: “A veces los amigos pueden tener desacuerdos, como cuando nosotros no estamos de acuerdo sobre qué juego jugar. Pero podemos hablarlo y encontrar una solución juntos”.
Reconoce los sentimientos de tu niño: Hazle saber que está bien sentirse de cierta manera. Por ejemplo, si el perro de tu familia muere, puedes intentar decir: “Entiendo que te sientas triste porque nuestro perro ya no está con nosotros. Yo también me siento muy triste. Hay que ver si podemos encontrar una manera de recordar todos los momentos felices que pasamos con nuestro perrito”.
Utiliza los cuentos o el juego: Algunos niños responden bien a usar cuentos o juegos de actuación para explorar temas difíciles de manera indirecta. Esto permite a los niños a procesar sus pensamientos y emociones de una manera más imaginativa y relajada. Puedes usar muñecos o títeres o dibujar juntos para representar una situación difícil.
Cada niño es único y su comprensión y reacciones ante temas difíciles pueden variar. Es importante cambiar su enfoque según su edad, temperamento y etapa de desarrollo. Si necesitas ayuda o recursos más específicos, considera consultar libros o artículos o buscar consejos de psicólogos infantiles que se especialicen en el desarrollo de la infancia.