Como cuidadores, tenemos el trabajo increíblemente importante de darles a nuestros hijos las herramientas y el apoyo que los ayudarán a prosperar a lo largo de sus vidas. Ayudarlos a ser resilientes o capaces de recuperarse de momentos difíciles les dará beneficios a largo plazo.
La resiliencia es una habilidad clave que puede ayudar a los niños a enfrentar los desafíos y contratiempos que encontrarán a lo largo de sus vidas de una manera saludable. Los niños resilientes tienen más probabilidades de tener confianza e independencia porque pueden manejar los desafíos y superar los sentimientos de agobio o desánimo.
Enseñar a los niños cómo ser resilientes también puede tener beneficios a largo plazo para su salud mental y bienestar. Los niños resilientes tienen menos probabilidades de sufrir ansiedad, depresión y otros problemas de salud mental. También es más probable que tengan una perspectiva positiva de la vida.
Los siguientes tres factores pueden ayudar a tu hijo a ser más resiliente.
Desarrollar habilidades para resolver problemas Cuando los niños aprenden a pensar creativamente y a encontrar soluciones a los problemas, es más probable que sigan trabajando en un proyecto u objetivo aún cuando se enfrenten con contratiempos. Las habilidades para resolver problemas también pueden ayudar a los niños a desarrollar un sentido de control sobre sus propias vidas. Cuando son capaces de identificar y resolver problemas, se sienten empoderados y es más probable que asuman un papel activo para enfrentar los desafíos y superar los contratiempos.
Para ayudar a tu hijo a desarrollar sus habilidades para resolver problemas, puedes animarlo a encontrar soluciones por su cuenta haciéndole preguntas como “¿Tú cómo lo harías? ¿Se te ocurre otra manera de hacerlo?”. El juego de roles también puede ser una manera útil de ayudar a los niños a practicar sus habilidades para resolver problemas. Por ejemplo, puedes presentarles una situación común y preguntarle a tu hijo cómo resolvería el problema. Puedes intentar poner un juguete en un lugar diferente al habitual y animar a tu hijo a descubrir cómo encontrarlo por sí mismo. Cuando terminen de leer una página de un libro, puedes preguntarle a tu hijo qué debes hacer a continuación. Los rompecabezas para niños también pueden ser una excelente manera de ayudar a tu hijo a desarrollar sus habilidades para resolver problemas.
Aprender a manejar las emociones o autorregularse
La autorregulación es la capacidad de comprender y expresar tus propios pensamientos, emociones y comportamientos de una manera saludable. Esto puede ayudar a los niños a sobrellevar el estrés y manejar situaciones sociales. Cuando los niños son capaces de regular sus emociones y comportamientos, son más capaces de concentrarse, prestar atención y concentrarse en lo que están haciendo, lo cual puede ayudarlos a tener éxito en lo académico y en otras áreas de la vida.
Una de las mejores maneras de enseñar a los niños cómo autorregularse es ayudarlos a comprender mejor las diferentes emociones que pueden estar sintiendo y brindarles herramientas para que las usen cuando sientan emociones grandes. Por ejemplo, practicar la respiración profunda es una gran herramienta que puede ayudar a los niños a calmar sus cuerpos y mentes cuando se sienten abrumados o estresados. Encuentra más información aquí sobre cómo enseñar técnicas de respiración, así como otras maneras de ayudar a los niños a desarrollar habilidades de autorregulación.
Construir relaciones fuertes y estables con los adultos.
Cuando los niños tienen relaciones sanas y seguras con adultos, ellos reciben apoyo emocional y ánimo durante los momentos difíciles. Esto puede ayudar a los niños a sentirse más seguros y capaces de superar los desafíos. Los niños también pueden aprender estrategias nuevas y saludables para enfrentar los problemas, de los adultos con los que se sienten seguros. Las relaciones sanas con los adultos también dan a los niños un sentido de pertenencia y conexión con los demás, lo cual puede ser una fuente importante de apoyo y resiliencia.
El primer paso para ayudar a tu hijo a desarrollar relaciones seguras y de apoyo con otros adultos es hablarles sobre los límites. Explícale cómo interactuar con los adultos y anímalo a que te digan si es que se siente incómodo o inseguro en alguna situación. Recuérdale con frecuencia a tu hijo la importancia de los límites y la comunicación. En términos simples y apto para los niños, háblale sobre el comportamiento inapropiado, por ejemplo, un adulto que les pida que guarde un secreto de su (otro) cuidador
Luego, puedes comenzar a presentarle adultos que ya conozcas y en los que confías. Tus amigos cercanos y los miembros de la familia, los maestros y los entrenadores pueden ser modelos adultos de apoyo para tu hijo. A través de un lenguaje sencillo y explicaciones apropiadas para la edad, puedes presentarle al nuevo adulto y explicarle quién es. Por ejemplo, “¡Ella es Becky! Es mi mejor amiga, así como Aaron es tu mejor amigo. Espero que ella también pueda ser tu amiga, así que vendrá de vez en cuando y jugará con nosotros”. Cuando tienes un enfoque gradual y de apoyo al presentarle nuevos adultos a tu hijo, puedes ayudarlo a sentirse más cómodo y seguro mientras él va construyendo nuevas relaciones.
