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Diferentes estilos de disciplina en acción: Varias maneras de responder al mal comportamiento

La disciplina muchas veces es más efectiva cuando es consistente y predecible para los niños. Si las expectativas cambian frecuentemente, los niños podrían confundirse acerca de cómo actuar en situaciones específicas. Es importante que los dos padres definan juntos los límites, expectativas y enfoques de disciplina que van a usar, y que luego los apliquen de manera consistente.

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A algunos padres les resulta beneficioso hablar sobre situaciones específicas y cómo establecer expectativas de comportamiento con su niño y dar consecuencias si esas expectativas no se cumplen. En los ejemplos a continuación, puedes explorar diferentes maneras de responder, ayudándote a elegir el estilo que funcione mejor para tu familia.

Escenario 1: Tu niño llora porque no consigue el juguete que quiere al ir de compras.

Antes de ir a la tienda, muchos padres prefieren establecer expectativas claras sobre el comportamiento aceptable, explicando que el mal comportamiento resultará en la pérdida de un privilegio del cual habían hablado. Al crear límites antes de la situación, los niños pueden comprender lo que se espera de ellos y las consecuencias de sus acciones.

Otra idea es crear un sistema de recompensas por el buen comportamiento mientras salen de compras. Los padres pueden prometer un pequeño regalo, como tiempo extra en el parque o jugar con un juguete especial. Es importante evitar usar la comida como incentivo, ya que queremos que los niños vean la comida como combustible para sus cuerpos, no como algo que necesitan ganar.

Si tiene un mal comportamiento, algunos padres prefieren comenzar reconociendo las emociones del niño y empatizar con sus sentimientos de enojo o frustración. Puedes ayudar al niño a nombrar y comprender sus emociones, y luego pueden trabajar juntos para desarrollar estrategias para enfrentar esas grandes emociones de una manera más sana.

Escenario 2: Tu niño se niega a compartir juguetes con un hermano o un amigo.

Antes de jugar, muchos padres le explican a sus niños que deben compartir y que si no lo hacen, tendrán una consecuencia como un tiempo fuera o les quitarán el juguete. Los padres también pueden explicar la importancia de compartir y turnarse para que el niño comprenda por qué se le pide que comparta.

Alabar las conductas positivas como el compartir puede animar a los niños a comportarse apropiadamente. Si ocurre un desacuerdo, los padres pueden reconocer los sentimientos del niño acerca de no querer compartir. El adulto puede ayudar al niño para que comprenda la importancia de compartir preguntándole cómo se sentiría si otros no compartieran con él. Este enfoque fomenta el desarrollo de la empatía y la consideración por los demás. Luego, pueden pensar juntos en soluciones, como por ejemplo, usar un cronómetro para mostrarle al niño cuándo su turno con el juguete se acabó.

Escenario 3: Tu niño constantemente no sigue la rutina a la hora de dormir.

Muchos padres se enfocan en establecer expectativas claras para la rutina a la hora de acostarse y dar consecuencias, como perder un privilegio, si el niño se resiste constantemente a la rutina. Un método alternativo es crear un sistema de recompensas por seguir la rutina a la hora de acostarse. Los padres pueden ofrecer incentivos, como un cuento especial antes de dormir o un pequeño regalo que no sea comida, por cada noche exitosa. Si el niño continúa resistiéndose a la rutina, dar una consecuencia como un breve tiempo fuera antes de intentar la rutina nuevamente puede reforzar la importancia de las rutinas a la hora de acostarse.

Los padres pueden intentar reconocer los sentimientos del niño cuando se traten de más tiempo de juego y juntos pueden trabajar para encontrar soluciones que ayuden al niño a completar exitosamente su rutina a la hora de acostarse. Incluir al niño en las decisiones, como por ejemplo crear un horario en papel con la rutina u ofrecer una actividad especial juntos antes de acostarse si siguen la rutina, puede empoderar al niño y animarlo a cooperar.

También puede ser útil que los padres traten con paciencia los miedos o preocupaciones del niño a la hora de acostarse y, al mismo tiempo, ofrecer consuelo y tranquilidad para que se sienta más seguro durante la noche. Este método ayuda a establecer confianza y conexión entre el padre y el niño, lo que lleva a rutinas más consistentes a la hora de acostarse.

Escenario 4: Tu niño tiene dificultades transicionando entre actividades, como pasar de la hora de jugar a la hora de comer.

Los padres pueden intentar recompensar al niño si sigue las reglas y por las transiciones exitosas con palabras de aliento, calcomanías u ofreciéndo una actividad especial que pueden hacer juntos. Para algunos padres, es beneficioso usar herramientas como poner una alarma o dar señales, como una canción específica, para ayudar a marcar los tiempos de transición. Si el niño se enoja demasiado durante la transición, puedes darle una consecuencia como un breve tiempo fuera para reenfocar su atención y establecer la importancia de una transición sin problemas.

Si ocurre un conflicto, algunos padres prefieren empatizar con el niño sobre los desafíos de la transición entre actividades y animarlo a expresar sus sentimientos. Al ofrecer apoyo y brindar estrategias para manejar las transiciones de manera más cómoda, el adulto puede ayudar al niño a comprender mejor sus grandes sentimientos. Pueden pensar juntos en soluciones para que las transiciones sean más fluidas, como crear una canción o un baile especial para señalar el cambio entre actividades, empoderando al niño en el proceso y dándole una sensación de control.

Escenario 5: Tu niño muestra un comportamiento agresivo hacia otros niños o adultos, como golpear o morder.

Cuando aborden el comportamiento agresivo de un niño, usen varias estrategias disciplinarias para ayudarlo a desarrollar una expresión emocional apropiada. Antes de que comience el comportamiento agresivo, los padres pueden establecer reglas claras con consecuencias como tiempo fuera o la pérdida de privilegios. Refuercen los comportamientos positivos usando alabanzas y recompensas.

Cuando ocurre un problema, muchos padres prefieren sacar al niño de la situación. Cuando se haya calmado, es un buen momento para hablar sobre las emociones del niño, validando cualquier sentimiento de enojo, frustración o miedo que haya llevado al conflicto. Después de eso, pueden buscar maneras alternativas de expresar sentimientos de una manera sana y no dañina, como el hablar o dibujar.

First 5 California
Aportación de:
First 5 California
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