Sentir varios tipos de estrés es una parte natural de la vida. Al conocer los diferentes tipos de estrés y cómo nos pueden afectar, podemos ayudar a nuestros hijos a superar su estrés de una manera saludable.
¿Existe el estrés bueno? ¡La respuesta es sí! El estrés bueno muchas veces se siente como la emoción mezclada con nervios. Los niños pueden sentir este tipo de estrés cuando van a la escuela por primera vez o cuando prueban una nueva actividad. También llamado eustrés, el estrés bueno puede ayudar a los niños a desempeñarse mejor y a hacer que se sientan con energía para enfrentar una nueva tarea. Cuando los niños sienten eustrés pueden volverse más alegres y platicadores. Es posible que tengan más energía de lo normal y que no puedan sentarse quietos.
Animar y apoyar a tu hijo cuando siente estrés bueno puede ayudarlo a desarrollar una mentalidad positiva sobre este tipo de estrés que puede beneficiarlo a lo largo de su vida. Mientras vayan creciendo y enfrentando a más situaciones que producen eustrés, como hablar frente a su clase o participar en una obra de teatro escolar, es más probable que reconozcan el estrés que sienten como algo positivo y motivador. Puedes intentar palabras de aliento como, "Esto es tan emocionante" o "Estoy muy orgulloso de ti por intentar algo nuevo".
El estrés agudo, o estrés a corto plazo, es una respuesta a un evento negativo específico. A veces, este estrés puede desencadenarse por algo pequeño, como dejar caer un helado al suelo, o por algo más grande, como mudarse a un nuevo vecindario. El estrés agudo puede dejarnos sintiéndonos drenados y agotados, pero por lo general desaparece en unas pocas horas o en un día. Los niños que enfrentan este tipo de estrés pueden llorar o estar más sensibles de lo normal. Es posible que notes cambios en sus patrones de comportamiento, alimentación y sueño. Algunos niños al sentir estrés agudo pueden quejarse de dolor de estómago.
Es importante destacar que, como cuidadores, podemos ayudar a nuestros hijos a recuperarse de los momentos estresantes apoyándolos y mostrándoles que los amamos pase lo que pase. Este amor y apoyo pueden ayudar a prevenir posibles consecuencias a largo plazo del estrés agudo. Puedes intentar:
Preguntarles cómo se sienten y escuchar su respuesta.
Explicarles que está bien sentir esos sentimientos grandes y recordarles que los amas.
Ayudarlos a hablar sobre la situación.
Ayudarlos a encontrar maneras saludables de sobrellevar la situación, como jugar a su juego favorito, practicar La Respiración del Dragón o darles un abrazo largo.
El estrés tóxico ocurre cuando enfrentamos una situación traumática y no recibimos el apoyo que necesitamos para sanar de esa experiencia. Si nuestros cuerpos no obtienen ningún alivio de las reacciones intensas causadas por experiencias traumáticas, eso puede afectar negativamente nuestra salud física y mental, lo cual puede provocar dolores de cabeza, problemas para dormir, ansiedad, presión arterial alta y más. Es como acelerar el motor de un automóvil una y otra vez durante semanas. Eventualmente, el motor se desgastará. Sucesos como el abuso, la violencia, la negligencia o el divorcio pueden provocar estrés tóxico. Sin embargo, es importante recordar que el divorcio a veces es inevitable, ya que puede ser lo mejor para toda la familia, y con amor y apoyo los niños no sufrirán estrés tóxico. Las señales de estrés tóxico en los niños de las que debes estar atento incluyen el aumento del mal humor o irritabilidad, la pérdida de interés en las actividades que alguna vez disfrutó, volverse muy dependiente y no querer separarse de tu lado, o tener miedo de las situaciones cotidianas.
Si te preocupa que tu hijo esté sufriendo estrés tóxico, puedes ayudarlo a sanar al hacer que se sienta seguro, amado y protegido. Puedes intentar:
Desarrollar rutinas que agreguen estructura al día de tu hijo y que lo ayuden a saber qué esperar. Esto puede ayudarlo a sentirse seguro y protegido. Un ejemplo de rutina es leer juntos un libro corto antes de acostarse. Lee más sobre el desarrollo de rutinas para niños.
Enseñarles habilidades saludables para sobrellevar los problemas. Los ejercicios de respiración y estiramiento pueden ayudar a los niños a manejar sus emociones.
Pasar tiempo uno a uno juntos haciendo cosas que aman. Muchos niños se sienten amados y apoyados cuando tienen toda la atención de su cuidador. Jueguen juntos su juego favorito, salgan a caminar, visiten un parque o lean un libro juntos. Tener experiencias positivas con sus seres queridos puede ayudar a disminuir el estrés tóxico en los niños.
Como cuidador, tu amor y apoyo puede protegerlo de los efectos negativos del estrés tóxico. Para obtener más información sobre el estrés tóxico y cómo proteger a tu hijo, mira este video corto. También puedes obtener más información sobre las experiencias adversas en la infancia en este artículo anterior.