Cada cuidador enfrenta momentos estresantes al criar a los niños. ¡Es parte del trabajo! Practicar la respiración profunda, a veces llamada respiración abdominal, es una forma respaldada por la ciencia de calmar el cuerpo en situaciones difíciles.
¿Qué es la respiración profunda?
La respiración profunda es la práctica de inhalar profundamente por la nariz, llenar los pulmones y el estómago con oxígeno y exhalar todo el aire por la boca. También se le llama respiración diafragmática, respiración abdominal, y respiración circular. El objetivo es llenar los pulmones y el vientre con más aire del que obtenemos con las respiraciones más cortas que tendemos a tomar a lo largo del día.
¿Por qué la respiración profunda ayuda a calmarte?
Cuando tu cuerpo está estresado, tu frecuencia cardíaca y presión arterial aumentan. Los músculos tienden a tensarse y apretarse. La respiración profunda aumenta la cantidad de oxígeno en el cuerpo, lo cual puede disminuir la frecuencia cardíaca, disminuir la presión arterial y relajar los músculos. Esto envía señales al cerebro de que es seguro relajarse. Centrarse en la respiración también desvía tu atención de lo que esté causando el momento estresante, lo cual también puede ayudar a que tu mente y cuerpo se calmen
¿Puede usar esa técnica mi hijo?
¡Sí! Los niños se benefician de la respiración profunda al igual que los adultos. Esta es una gran herramienta para ayudar a tu hijo a mantener la calma cuando comienza a sentir grandes emociones. Enseñarles estrategias para calmarse, como la respiración abdominal, también puede ayudarlos a recuperarse de momentos difíciles o decepciones. Esta capacidad de comprender y controlar sus propias emociones, también llamada autorregulación, es una gran habilidad que seguirá beneficiándolo a medida que crece
¿Cómo puedo empezar a practicar la respiración profunda?
En posición de sentarse, de pie o acostado, coloca una mano sobre el pecho y la otra sobre el estómago. Inhala por la nariz y llena tu barriga de aire. La mano sobre tu pecho no debe moverse. Una vez que hayas llenado completamente tu barriga con aire, exhala lentamente todo el aire por la nariz. Repite estas respiraciones largas y lentas hasta que te sientas más tranquilo. Los expertos recomiendan agregar de 10 a 20 minutos de respiración profunda una vez al día. Incluso tomarte cinco minutos para concentrarte en tu respiración puede tener grandes beneficios. Y entre más te vea tu hijo practicando la respiración abdominal, más querrá imitar lo que estás haciendo.
Si quieres comenzar a enseñarle a tu hijo la respiración profunda, los expertos tienen algunas recomendaciones. Primero, comienza a enseñarle a tu hijo sobre la respiración abdominal cuando ya esté tranquilo. Esto hará que se le haga más fácil prestar atención a lo que dices y concentrarse en su respiración. En segundo lugar, explica la respiración abdominal en términos que entienda. Los expertos recomiendan crear una imagen mental que le ayude a practicar la técnica. Por ejemplo, puede imaginar que es un gran dragón que respira todo el aire que lo rodea. Luego, al igual que el dragón, exhala todo su fuego en una gran exhalación. Aprende más acerca de La Respiración del Dragón.
