Cada uno de nosotros ha experimentado estrés en algún momento de nuestras vida. Un poco de estrés incluso puede ser útil, ya que puede motivarnos a lograr una meta. Pero un tipo de estrés llamado estrés tóxico puede afectar negativamente el desarrollo de nuestros hijos. La buena noticia es que hay muchas maneras diferentes en las que puedes ayudar a proteger a tu hijo de los efectos del estrés tóxico.
Los médicos han identificado tres tipos diferentes de estrés: El estrés positivo, el estrés tolerable y el estrés tóxico. El estrés positivo es ese sentimiento de emoción con nervios que tenemos cuando estamos haciendo algo nuevo o tratando de realizar una tarea importante. Los niños pueden experimentar esto cuando van a la escuela por primera vez o conocen gente nueva, y de hecho puede servir para motivarlos a esforzarse más.
El estrés tolerable es esa sensación cuando todo nuestro cuerpo está en alerta máxima. Nuestro corazón late más rápido, la respiración se vuelve más rápida y las palmas de las manos sudan. Los niños pueden sentir un estrés tolerable si tienen un accidente en el patio de recreo o si sufren de la muerte de una mascota amada. Es importante saber que el estrés tolerable no afecta negativamente a los niños a largo plazo cuando cuentan con el apoyo y la protección de sus cuidadores.
Sin embargo, cuando nos suceden eventos traumáticos cuando somos niños, podemos desarrollar lo que los médicos llaman estrés tóxico. Esto sucede cuando los niños experimentan estrés durante semanas, meses o incluso años, y el estrés se acumula en su cuerpo. Este estrés a largo plazo hace que los sistemas de respuesta al estrés en el cerebro y el cuerpo, también conocidos como nuestra respuesta de lucha o huida, se activen continuamente sin alivio. Las experiencias de la infancia, como el abuso físico o mental, el uso de sustancias en el hogar, la violencia y más, pueden provocar una acumulación de estrés tóxico en los cuerpos de los niños, lo cual puede afectar su desarrollo de diferentes maneras:
El estrés tóxico puede cambiar la estructura del cerebro en crecimiento de los niños. Cuando experimentan largos períodos de estrés tóxico, sus cuerpos están constantemente en alerta máxima, porque están atentos a señales de peligro. Los estudios han demostrado que esto puede causar que algunas áreas del cerebro se encojan o no se desarrollen adecuadamente. Sin la protección y el apoyo de sus cuidadores, puede resultar que los niños desarrollen problemas de aprendizaje, comportamiento y salud mental.
El estrés tóxico también puede afectar negativamente el crecimiento y desarrollo físico. Cuando los cuerpos en desarrollo de los niños están constantemente inundados de estrés, el cuerpo cree que está siendo atacado por un virus o una enfermedad y envía células para combatir el estrés. Esto puede resultar en problemas de salud a largo plazo como enfermedades cardíacas, diabetes y más. El estrés tóxico también puede dificultar que el cuerpo combata virus y enfermedades reales con el tiempo.
Puede ser difícil identificar al estrés tóxico en los niños, pero hay algunos señales que puedes tomar en cuenta:
La incapacidad para concentrarse, planificar con anticipación o recordar instrucciones.
Mostrar síntomas de ansiedad o depresión.
Dificultad para superar complicaciones, contratiempos, decepciones u otros momentos emocionales.
La incapacidad de controlar sus emociones.
Dificultad para confiar en los adultos.
Para los niños que han sufrido estrés tóxico, hay muchas maneras de protegerlos de los efectos. Como cuidador, tu apoyo, amor y protección son increíblemente importantes para ayudarlos a sobrellevar el estrés tóxico y evitar sus efectos a largo plazo. Lee más sobre cómo puedes proteger a tu hijo de los efectos del estrés tóxico en nuestro artículo anterior.
Un paso que puedes tomar hoy para ayudar a tu hijo a lidiar con el estrés de una manera saludable es enseñarle ejercicios de respiración que pueda hacer cuando se sienta molesto. Y como su cuidador, ¡también puedes usar esta técnica! Lee más y mira un video corto para comenzar. Si crees que tu hijo puede estar sufriendo del estrés tóxico, te recomendamos que hables con su pediatra.
