Para muchos padres, el hecho de criar a un niño nos llena de emoción e incertidumbre. Es natural usar nuestras propias experiencias infantiles como base para nuestro enfoque de crianza. Pero, ¿qué pasa cuando nuestra infancia incluye experiencias muy difíciles como recibir palabras bruscas, negligencia, abuso y más?
Al comprender cómo nuestro pasado puede influir en nuestro estilo de crianza, podemos romper ciclos y construir una base más fuerte para nuestros propios niños.
Nuestra infancia impacta muchas de nuestras reacciones. Es importante reflexionar sobre momentos en los que podrías haber reaccionado basado en emociones que no has resuelto o experiencias pasadas. Por ejemplo, puedes cerrarte emocionalmente durante una situación específica, o al contrario, reaccionar exageradamente por algo que después reconoces que no fue gran cosa. Identificar estas situaciones puede ayudarte a encontrar estrategias que te ayuden a regular tus emociones y a lograr una comunicación más abierta.
Por ejemplo, imagina que cuando eras niño, tus padres te gritaban cuando tirabas algo o hacías un desorden. Esto creó sentimientos de ansiedad y miedo cada vez que cometías un error. Ahora, si tu niño accidentalmente tira un vaso de jugo en la mesa de la cocina, inmediatamente te llenas de sentimientos de ansiedad y miedo. Sin reflexionar, podrías gritarle a tu niño, quien ya se siente muy mal por el accidente, porque esa fue tu propia experiencia durante tu niñez.
Desde el peor de los enojos hasta los terribles sentimientos de ansiedad, nuestras emociones pueden llevarnos a actuar de maneras que no queremos. Pero cuando nos tomamos unos momentos para identificar lo que sentimos y reconocer que está bien sentirnos así, podemos enfrentar la situación de manera que refleje cómo queremos ser como padres.
Por ejemplo, imagina que tu niño hace un berrinche en un lugar público y tú te sientes avergonzado y molesto.
Reconocimiento: En lugar de intentar ignorar o reprimir tus sentimientos de vergüenza y frustración, toma un momento para reconocerlos. Intenta decirte a ti mismo: “Me siento avergonzado y estresado en este momento. Está bien sentirme así”.
Validación: Recuerda que tu respuesta emocional es natural y que todos los padres pasan por momentos difíciles. Podrías decir: “Todos los padres se han sentido así en algún momento. Es una parte normal del proceso de crianza y no significa que yo sea un mal padre/madre”.
¡Criar niños es un desafío! Todos cometemos errores y vivimos momentos difíciles que nos hacen preguntarnos si somos buenos padres. En esos momentos, es importante practicar la autocompasión, lo cual puede ayudarte a mantener tu bienestar emocional, volverte más resiliente y además, darle a tu niño un ejemplo saludable del cual puede aprender.
Por ejemplo, con todas las ocupaciones de ser padres, es probable que tengas momentos en los que te sientas abrumado y pierdas la paciencia con tus niños. Cuando esto suceda, respira profundamente y practica la autocompasión reconociendo tus sentimientos y comprendiendo que eres humano. Discúlpate con tus niños por gritarles, explícales que necesitas un momento para recargar energías e intenta tomar un breve descanso familiar para que todos se relajen. Al mostrar amabilidad y comprensión hacia ti mismo, les das un ejemplo de regulación emocional saludable y autocompasión para tus niños y, además, creas un ambiente más amoroso para toda la familia.
Además de comprender cómo nuestro pasado puede influir en la crianza, también podemos encontrar nuevas maneras de ser padres que respeten nuestras propias necesidades y las de nuestros niños. A continuación te damos algunas ideas.
Crear rutinas estables y predecibles y establecer límites puede dar una sensación de seguridad y confianza tanto para ti como para tu niño. Las rutinas saludables, como las comidas familiares regulares o los rituales a la hora de acostarse, fomentan la comunicación y crean oportunidades para que los miembros de la familia se unan, compartan y se apoyen mutuamente. Lee más sobre cómo crear rutinas con tu bebé o con tu niño pequeño o en edad preescolar.
Aprende sobre estrategias de disciplina positiva, de escuchar activamente y de resolución de problemas. Estos métodos ayudan a crear una relación sana entre padres y niños basada en el respeto y la comprensión. Lee nuestros artículos anteriores para obtener más información sobre técnicas de crianza positiva para niños de voluntad fuerte, cómo utilizar la crianza positiva para ayudar a los niños a encontrar la calma en momentos difíciles e incorporar prácticas de disciplina positiva en tu estilo de crianza.
Haz todo lo posible para crear un ambiente en el que tu niño se sienta cómodo hablando de sus emociones y experiencias. A algunas familias les gusta hacer tiempo para tener pláticas individuales con sus niños, dándoles un espacio seguro para expresar sus sentimientos y hablar de sus inquietudes o experiencias. Siempre que tengas este tipo de conversación con tu niño, es importante prestarle toda tu atención, hacerle preguntas abiertas y validar sus emociones diciéndole cosas como "Eso debe haber sido difícil" o "Entiendo cómo te sientes."
Desarrolla la resiliencia en tus niños enseñándoles a enfrentar los desafíos de la vida y a recuperarse de los contratiempos. Esto puede incluir enseñarles cómo nombrar sus emociones o practicar la respiración profunda cuando sienten grandes emociones. Descubre más ideas en nuestro buscador de consejos para padres.
A veces, cuando nos convertimos en padres, nos damos cuenta de que queremos darles a nuestros niños una crianza diferente a la que recibimos. Con un poco de práctica y autocompasión, puedes superar el impacto de tus propias experiencias infantiles y crear un mejor comienzo para tu niño.